Caruda

En noche de estrellas rotas pronto debe de llegar, el príncipe celeste, poco antes de soñar. Será una noche célebre de magia y canto sin igual, algo único y diferente, simple y llanamente original. Una noche memorable pleitos y querellas por doquier, los gritos pendientes de mamá los silencios incómodos de papá. Surcarán platos el cielo que con el impacto cederán y rendidos al contacto sus cuerpos quebrarán. Ahora es momento de dejar la habitación, pues en oníricos traslados un segundo mengua su extensión. Si tú se lo permites, con corceles plata e

De pecas a cuentas cientos la espalda blanca recubierta, como una noche en negativo, constela una silueta con no menos de cincuenta. Más esos ojos, sensualidad diestra, han escapado la afrenta de trece bisiestos inquietos. En un escote tan vasto, como para asomar un ombligo, un santo anacoreta se entrega al martirio de dos pechos que por inercia son la tentación de cada día. Ese busto que por cierto merece le levanten himno y monumento, primero por meca de amantes peregrinos, segundo por vencer el tiempo y la gravedad sobre los cuerpos. La trascendente arquitectura de las piernas, la cintura, infraestructur

Entiéndeme cuando te digo muy normal es extrañar después al levantarse, como quieras definirlo, fue un sueño más que quizá no volverá. Cuídate mucho, pórtate muy bien que en verdad te quiero y deseo volverte a ver, sin importar el trecho, lo que se le ocurra sugerir, al tiempo y sus perplejos. Cuídate mucho, siéntete feliz que en verdad te amo y lo primero es entender, que por más lejos o mayor sea tu olvido, sí, aquí yo estaré. No digo ser perfecto, tampoco el más feliz pero por favor escucha, ahora siento yo ya ser contigo algo especial, q